Echarse al monte...

Está claro que no nos merecemos la televisión pública que tenemos. Hemos visto a una gran profesional como pocas, Melodie, defender a España en Eurovisión, pero los presentadores no supieron estar a la altura de las circunstancias, no se puede politizar desde la ignorancia y el partidismo una retransmisión de un concurso pensando que quedan bien frente a no se sabe quién o sí. Seguramente el televoto desde fuera de España se ha visto muy influido. No se puede defender al terrorismo más sanguinario por mucho que una minoría de trastornados quieran hacernos lo ver. Gaza pudo haber existido si no se hubiera aprovechado el dinero de Israel y la comunidad internacional en hacer túneles y comprar bombas para declarar una guerra suicida. Los no palestinos que nunca lo han sido sino inmigrantes de otros lugares asentados en el prospero Israel no lo han querido nunca pues siempre han trabajado no para la prosperidad en democracia sino para una guerra sin sentido con la democracia. Las guerras se ganan en el parlamento sin pucherazos y con sentido común y de futuro. Yuval Rafael es un ejemplo para el pueblo de Israel canto después de ser pitada cruelmente por parte del público. Nadie podía percibir que se trata de una superviviente del 7 de octubre. Israel iba perdiendo hasta que llegó el voto del pueblo. Los jurados pagados profesionales la habían dejado al fondo de la tabla.

Parece muy raro que Melodie quedará en el puesto 24 siendo la primera en visualizaciones en todos los canales oficiales de Eurovisión y redes sociales, pero tampoco es de extrañar por el puesto en el mundo al que nos están conduciendo los que nos administran. Europa nos ve como el tercer mundo, como un país que no se defiende y del que se puede abusar. Estamos tristes por la política del sin sentido que se nos impone desde las instituciones. Estamos cansados de ver pacientes con efectos secundarios de las vacunas y que nadie se los tome en serio. Efectos que duran y no se sabe cuanto tardaran en remitir, otros ni se lo plantean pues toca trabajar como sea.

España ha firmado un tratado de pesca que prohíbe pescar a los españoles en aguas españolas. Bruselas financia la plantación de olivos en Marruecos mientras en Andalucía se arrancan. España está cada vez más enferma. Politizamos todo el deporte, los concursos, las canciones, la justicia, la educación menos la política que es solo un estercolero de incapaces, de corrupción y dejadez. Así se va dejando asentar una población de reemplazo que no aporta sino destruye, que no trabaja sino roba y viola.

Regalar empadronamiento fraudulento significa sanidad y medicamentos gratuitos, plazas escolares gratuitas, ayudas económicas infinitas, el colapso de los servicios sociales, votos cautivos, liquidar el país. Hacen trampas en el padrón, en lo de las familias monoparentales, en declarar la violencia de género para ser vulnerables e inmigrantes y recibir ayudas sociales. El resultado es que los españoles de verdad cada día reciben menos. La pobreza no para de crecer. San Agustín afirmaba que lo correcto es correcto aunque nadie lo haga, lo incorrecto es incorrecto incluso si todos lo hacen.

La central de Almaraz genera 2000 Mw en 300 hectáreas y las genera en 24 horas, para generar lo mismo en placas solares se necesitan 29.000 hectáreas de placas solares y solo generan en promedio anual 5 horas al día, y no es viable sin gas. Alamaraz genera el 7 por ciento del consumo español disponible las 24 horas del día, no es intermitente. A lo mejor es que la electricidad también es franquista.

La comida ya sale más cara que pagar el alquiler en muchas zonas de nuestro país, gente pagando 500 euros de renta y 600 de nevera que también es más que pagar la luz, el agua, el gas y el transporte juntos. Comer bien es el nuevo lujo o el sistema se ha roto. Así estamos todos quietitos en casa. Parece como si nuestros gobernantes se hubieran echado al monte para salvarse a cualquier precio.