Es Marco Pérez el fiel reflejo de que el toreo está más vivo que nunca, de que la tauromaquia tiene futuro y de que muchos niños y jóvenes siguen teniendo ídolos toreros.
Casi cuarenta años después de que Concha Velasco pusiese de moda el célebre tema ‘¡Mamá, quiero ser artista!', un joven imberbe salmantino tiene revolucionados a los (y las) integrantes de la Generación Z. Marco Pérez es el nuevo ídolo de los aficionados más jóvenes a los toros que, por cierto, cada día son más.
Pese a la corriente mediática orquestada y sesgada que intenta convencer de que los toros ya no interesan, a la vista está que los jóvenes están acudiendo en masa a las plazas de toros. La ‘respuesta’ a la manifestación antitaurina con cuatro personas (contadas) en los aledaños de La Glorieta el pasado sábado fue cientos de niños y jóvenes (no mayores de 20 años) arropando a Marco Pérez, el nuevo valor de la tauromaquia, en su clamorosa vuelta al ruedo tras un faenón de figura del toreo.
Es Marco Pérez el fiel reflejo de que el toreo está más vivo que nunca, de que la tauromaquia tiene futuro y de que muchos niños y jóvenes siguen teniendo ídolos toreros. ‘¡Mamá, quiero ser Marco Pérez!’, expresaría más de uno en su casa el otro día tras haber vivido tan de cerca la gloria del joven matador de toros salmantino, que compartió salida en hombros por la Puerta Grande con un antológico Morante de la Puebla.
Toda comparación es odiosa, más aún si tratamos de poner en el mismo escalón a un torero único y legendario como el torero de La Puebla con un chico de 17 años que acaba de comenzar su andadura como matador de toros. Lo de Morante el sábado fue irrepetible, estamos de acuerdo. Pero lo de Marco Pérez fue algo también absolutamente fuera de lo normal y no solo por su edad, sino porque era su primera corrida de toros tras la alternativa y dio una dimensión bárbara durante toda la tarde, poniendo el colofón con una gran faena al sexto de la tarde.
La trascendencia e importancia de lo que está haciendo Marco Pérez va más allá del ruedo, y es que muchísimos jóvenes se identifican con un chico de su edad, humilde y educado, que además es capaz de llenar las plazas y de competir de tú a tú con figuras del toreo que están marcando una época. Un chico al que al igual que los que pagan una entrada por sentarse en un tendido, le ‘flipa’ Instagram, donde también es un cañón.
Casi 88K seguidores tiene Marco Pérez en su cuenta de Instagram, superando con creces a matadores de toros de primer nivel como Emilio de Justo (69K), Borja Jiménez (43K), Juan Ortega (41K) o incluso a su propio apoderado, Juan Bautista (30K). Solo datos que dan fe de que el ‘Fenómeno Marco Pérez’ va más allá del ruedo y que los miembros de la Generación Z son también fieles seguidores del salmantino en redes por su empatía y desparpajo. Todos quieren una foto con Marco para guardarla de recuerdo y etiquetarle después en las publicaciones, todos quieren conocerle en persona, estar cerca de él, tocarle y percibir que es especial, sentir que se encuentran junto a un joven como ellos pero que es capaz de hacer cosas inverosímiles, solo al alcance de los elegidos, de los tocados por la varita mágica…
Salamanca está de suerte porque ese nuevo ídolo de masas lleve por bandera su tierra, su ciudad y su sentimiento charro. También lo está la tauromaquia, necesitada de caras nuevas que refresquen un escalafón que viene pidiendo a gritos un relevo desde hace años. Marco Pérez porta, sin duda, la bandera del futuro, y encabeza una legión de ‘fans’ que caminan tras él y que serán sus mejores aliados en la batalla de llenar las plazas y de mantener viva la llama de la tauromaquia.