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Elena Villegas: “La radio es un medio muy íntimo, parece que te está hablando a ti directamente”
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No es solo la voz, sino el alma de Radio USAL

Elena Villegas: “La radio es un medio muy íntimo, parece que te está hablando a ti directamente”

Actualizado 28/06/2025 20:34

De todos los claustros de los edificios de la Universidad de Salamanca, el más diáfano y pleno de modernidad es el que alberga los proyectos I+D y donde tiene su estudio la radio universitaria. Y a sus micrófonos, desde hace veinte de los treinta años que celebra este curso Radio USAL, siempre presente, Elena Villegas

De todos los claustros de los edificios de la Universidad de Salamanca, el más diáfano y pleno de modernidad es el que alberga los proyectos I+D y donde tiene su estudio la radio universitaria. Y a sus micrófonos, desde hace veinte de los treinta años que celebra este curso Radio USAL, siempre presente, Elena Villegas, esa voz de acentos acariciadores que, incluso sin micrófono, suena a ondas. A quien tan bien pregunta, hay que escucharla, admiradas, responder con esa suave cadencia firme de mares lejanos que recalan en el puerto seguro de su Salamanca.

Elena Villegas: Nací en El Ejido, en Almería. La definición de “ejido” es “era”, pero corresponde mal la definición con lo que es El Ejido, la población más próspera de Almería. En 1986 entré a trabajar en la emisora de radio de mi pueblo. Yo buscaba trabajo y salió allí una plaza de administrativo.

Charo Alonso: ¿Y cómo pasaste de la mesa de oficina al estudio de radio?

E.V.: En una emisora local hay que hacer de todo, un día faltó una persona y había que dar el tiempo. Trabajé en temas de gestión y en la dirección de la emisora. Luego la compró Onda Cero y al poco nos despidieron a bastantes directores en Andalucía. Decidí prepararme para un trabajo fijo y me presenté a las plazas convocadas en diversas universidades. Recuerdo que tardamos 12 horas en venir a examinar­nos a Salamanca, pensaba que no llegaríamos nunca. No había esa autovía con la que se tarda ahora 7 horas u 8.

Ch.A.: ¿Conocías a alguien en Salamanca, tenías alguna vinculación?

E.V.: Nadie, ninguna. Aunque coincidí con Francisco Escribano, con quien había trabajado en Cadena Rato. Empecé a trabajar en la universidad como auxiliar de servicios, ya con mi primera plaza. En Ávila estuve como interina previamente unos meses…

Ch.A.: ¿Y viniendo de Almería no te morías de frío?

E.V.: Sí, recuerdo que lloraba de frío. No había móviles y salía para llamar a casa a una cabina, con la nieve alrededor. Luego me trasladaron a Salamanca y, aunque intenté hacer un intercambio de personal, llegué a la conclusión de que no se puede estar con un pie a un lado y a otro. También es que me gusta mucho Salamanca, no sé por qué, pero me gusta mucho. Trabajé en la Facultad de Medicina, pero cuando supe que había unas oposiciones para las plazas de la Radio Universitaria me presenté. He estudiado Derecho e Historia y en esta radio llevo ya veinte años.

Ch.A.: Parafraseando mi programa “El Marcapáginas”, que tú me suge­riste, ¿qué tiene la radio que nos gusta tanto?

E.V.: La radio es el invento más maravilloso del mundo. Permite crear otros mundos, la posibilidad de poder vivir dos veces. Y es un medio muy íntimo, parece que te están hablando a ti directamente.

Carmen Borrego: ¿Qué hace falta para hacer radio?

E.V.: Generosidad.

Ch.A.: Esa que a ti te sobra… ¿Qué tiene de especial una radio universitaria?

E.V.: Hablo desde mi experiencia, la radio local está muy atenta al mercado publicitario. La Radio Universitaria es mucho más completa, abarca más objetivos. Por un lado, tiene que informar de temas universitarios, pero también piensa en otro tipo de público sin olvidar que pertenecemos a una institución maravillosa, muy potente, que tiene voz en todas partes. Es verdad que una radio universitaria no puede competir con otras pero cuenta con un público nuevo y, además, forma a estudiantes jóvenes, muy diversos, de diferentes perfiles. Tiene una parrilla diferente, atenta a la información universitaria, a la cultura, a la innovación, a diversos temas. A vosotras os pasará igual con el periodismo, os permite tocar muchos campos y aprender de todo lo que no sabeis.

C.B.: ¿En qué consiste exactamente tu trabajo? Y dinos, ¿qué programas de la radio te interesan más?

E.V.: Mi trabajo consiste en coordinarlo todo, formar a los becarios. A mí me gustaría escuchar todo, y lo intento. Hay cosas que emocionan, como ver que chicos que han empezado conmigo ahora hacen sus programas solos maravillosamente.

Ch.A.: Y eres capaz de montar especiales de muchas horas de radio con música, entrevistas, incluso pintura en directo…

E.V.: Los especiales son eso, mi especialidad, hay que coordinar a muchas personas, tiene que salir bien la señal… Es algo que nos pone a prueba a todos. Soy muy exigente conmigo misma. Y quiero insistir en que tengo magníficos colaboradores, por citar a unos pocos Alberto Buitrago, Guillermo Sánchez, Charo García Diego, gente muy potente, Andrés Maldonado, Julio Alonso, tú, Fernando… muchas personas y además, chicos y chicas jóvenes, alumnos que hacen buenos programas. La radio la hacen minorías muy especiales.

C.B.: No te crees los halagos… yo antes de conocer los programas que hacen David Gómez Rollán, Fernando Sánchez Gómez o Charo pensaba que Radio USAL solo era para público universitario, y no, te pongo un ejemplo, hay programas que le gustan a mi madre.

E.V.: Estamos pegados a la actualidad de la institución, cierto, pero queremos vincularnos a toda la ciudad. Tener programas que interesen a todo el mundo y, gracias a internet y a los podcasts, estamos llegando a mucha gente. Hablas de tu madre y hemos hecho programas con la Universidad de la Experiencia. Hablas de David y su programa “Ojos de Oriental” y recuerdo que, durante la pandemia, que le pilló en China, podíamos presumir de tener un corresponsal allí que nos mandaba sus crónicas.

Ch.A.: Siempre ha habido un público enamorado de la radio pero con el apagón hemos recuperado ese gusto por el transistor…

E.V.: La radio ha quedado como un refugio al que no le hacían mucho caso y ahí sigue. Gracias a las nuevas tecnologías, por ejemplo, se nos oye en América Latina, nos relacionamos con ellos de manera instantánea. La radio tiene algo mágico, y tengo que dar gracias a la Universidad por apoyarla, aunque haya habido momentos en los que no se le ha prestado toda la atención que merecía. Treinta años dan para mucho, y aunque pienso en todo lo que quizás no hemos hecho, también es verdad que hay que agradecer lo que sí se ha logrado.

Supongo que le pasa prácticamente a todo el mundo, cuando miras atrás quizás hubieras querido llegar a más gente, hacer más.

C.B.: Hablas de las nuevas tecnologías, ¿crees que una IA puede sustituir la voz humana en la radio?

E.V.: Para la radio, ha sido buenísimo este cambio, poder emitir en digital es un avance. Cuando no lo hacía nadie, fuimos pioneros, estuvimos en la vanguardia. Oír la radio por internet, conservar los programas… es un avance. A la radio, en general, no se le ayuda, o se le ayuda poco, el panorama de las radios locales no es bueno, tiene pocos medios humanos, espacios… y eso que la radio tiene poder, importancia para la gente, llena un espacio que nadie ha podido colmar, la han dejado ahí y se ha mantenido. Y creo que ante un amante de la radio, la IA no puede sustituir a la voz humana, apoyará y ayudará, eso sí.

C.B.: ¿Cuánta gente participa en Radio USAL?

E.V.: Radio USAL emite entre 30 y 40 programas, en algunos, hechos por estudiantes, participan 5, 6 ó 7 personas. Yo calculo que entre 70 y 80 colaboradores, becarios…

C.B.: ¡Qué trabajo coordinarlos! Y una curiosidad: cuando no estás en la radio, ¿a qué dedicas el tiempo libre?

E.V.: Me he propuesto ir al gimnasio y lo estoy cumpliendo. Me gusta el deporte. Me gusta pintar, aunque ya no pinto. Me hubiera gustado mucho escribir y he escrito. He tocado todos los palos porque la radio es un arte y el arte tiene muchas caras. La radio es el arte de contar las cosas bien y contarlas en el momento necesario y de la forma precisa.

Ch.A.: Nos has dado un titular. La radio ¡era tan importante! Aquellas grandes voces que movían masas… ¡Mi madre tenía siempre puesta la radio y adoraba los programas salmantinos de Orestes Bazo!

E.V.: Era la radio de las estrellas que salían 4 ó 5 horas a hacer su programa cada mañana muy temprano, y a hacerlo bien. Yo coincidí con Luis del Olmo en Onda Cero y, cuando llegué a Salamanca, al primero que escuché fue a Santiago Juanes. Me encantó su voz y cómo entrevistó al que era entonces el rector de la Universidad, Ignacio Berdugo. Qué importantes son las voces… la radio es voz. Ese medio tan cercano…

Charo Alonso y Carmen Borrego

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