El concierto de No Cantes Victoria, un concierto de 'alto nivel'

La salmantina Victoria Mesonero capitaneó con su habitual maestría a una espectacular banda de 8 músicos y alto octanaje en el magnífico marco de una repleta Plaza Mayor nada menos, y rodeada de la cultura impresa de la 43.ª edición de la Feria del Libro de Salamanca.

Como impresa en nuestras retinas y nuestros oídos quedará este vibrante concierto que repasó los principales éxitos de una formación que celebra sus 15 años de trayectoria. Conscientes de la relevancia de esta cita, casi todos los habituales fotógrafos de conciertos de nuestra ciudad desplegaron sus objetivos y llenaron tarjetas de memoria con sus instantáneas, lo que nos permitirá recordar mejor este evento.

La excelente voz negra de Victoria sigue sorprendiendo a los nuevos fans por su potencia, su afinación y su dominio de las técnicas del soul y el funk, en un recorrido que nos lega dos discos de música propia: "A-Love" en 2011, y el magnífico "Invicta" en 2016, y otro más por completar este año mismo, que acertadamente se titulará "Quince". La banda atesora conciertos históricos como el del teatro Liceo, donde reunió a 13 intérpretes, o el del teatro Juan del Enzina donde presentó su "Invicta". Recibió premios como los de mejor banda de la USAL, el Jóvenes creadores -ambos por duplicado-, Talento Joven 2019 y otros, y representó a nuestro país en el Mediterranea 19 Young Artist Biennale. El paso de Victoria por "La resistencia", el programa de Broncano en Movistar+, con más de 1 millón de visualizaciones en Instagram, le aportó visibilidad a nivel nacional.

No Cantes Victoria se disfruta en formato acústico o en quinteto, pero toda su arrolladora energía se desata cuando reúne una banda completa, con músicos invitados que van uniéndose en diferentes canciones, ya sea en directo o en su CD "Invicta", donde contó con 32 grandes intérpretes.

En esta ocasión se subieron al escenario músicos tan experimentados y diestros como el bajista Fran Rojo y el guitarrista Raúl Martín, cuya complicidad en el escenario era perfectamente apreciable. En la batería estuvo un sólido Felipe Arrúe, uno de los habituales de la formación en esta última etapa, mientras Arturo Martín, teclista del formidable grupo Coyote, se encargaba del piano en las canciones donde Victoria se levantaba de la banqueta para centrarse en cantar. Todos ellos liderados por una auténtica diva que domina el escenario y maneja a su antojo a un público entregado. Una jefa, como reza su canción "The boss (Do the diva)", que autogestiona la banda, que aúna talento, desparpajo, compromiso y humor en las proporciones idóneas. Lo explicó perfectamente Charo Alonso en la imprescindible entrevista que publicó en este mismo medio: "Arrolladora, poderosa, intérprete llena de fuerza, cantante que vive cada tema y cada nota, es en la cercanía íntima y cálida, plena de risas y entrega".

Abrieron el concierto con la fuerza de "Caught up with the voodoo", una canción de su disco Invicta (2016), en la que intercalaron hábilmente el clásico "That's the way" de KC & The Sunshine Band. Una excelente ocasión para comprobar la solidez de la sección de metales formada por Carlos Casado a la trompeta, Pablo Hernández al saxo y Marcos Lozano al trombón. Siguió recorriendo en orden su segundo álbum con "The Best Villain", un tema que obligatoriamente debería incluirse en la banda sonora del próximo film de "007", "Believe", un canto a la autoconfianza y al apoyo familiar, e "Imagination", una canción con aroma reggae. Le siguió su single de 2019 "Quédate conmigo", la primera de su discografía que canta en español y cuyo videoclip grabó al piano en el precioso marco del Palacio de Figueroa donde se aloja el Casino de Salamanca.

Una faceta, los videoclips, que cada día toma mayor protagonismo, como nos comentaba la cantante en la entrevista que hace unos días nos concedió en "A Nuestro Ritmo", el programa de Radio Oeste especializado en música creada en Salamanca. Porque llegar a un público más amplio es muy difícil sin contar con un elevado presupuesto, y los grupos salmantinos, al igual que nuestros artistas plásticos, escritores, actores y fotógrafos, no disfrutan de tales ventajas. Para promocionar su carrera, Victoria se está centrando en vídeos como el de su última canción, "Acción-Reacción", en el que brillan maquillaje, escenografía y una música de estilo bastante distinto a su producción anterior, y que no interpretó en este recital.

La que sí incluyó en el repertorio de la Feria fue una gran versión de "September", el inmortal clásico de Earth, Wind & Fire, con los vientos a todo trapo; y otra del "Toxic" de Britney Spears, antes de regresar a su propia música: interpreta la dulce "Slow", una de sus últimas canciones, con la compañía del piano eléctrico de Arturo; vuelve a su último disco con "Diva (do the boss)" donde luce el solo de la guitarra de Raúl; la excelente "When Words aren't good enough", que también encaja perfectamente en el universo de James Bond; y rescata la canción que dio título a su primer álbum "A-Love".

La banda rueda en perfecta coordinación y armonía, respetando los arreglos del disco a la vez que añade sus propios detalles de calidad. Y no es fácil, porque No Cantes Victoria sufre el endémico mal de muchos proyectos salmantinos de música propia: la inestabilidad en la formación fruto de la dificultad para mantener una iniciativa a lo largo de los años, por los éxodos laborales como los que han llevado a Victoria a tierras madrileñas o el retorno de los universitarios a sus poblaciones de origen, rompiendo grupos en pleno despegue de su trayectoria musical. Con 15 años detrás, el proyecto liderado por Victoria es uno de los más longevos de la ciudad, y solo la energía, la determinación, la seriedad, la calidad y el liderazgo de su cantante y compositora pueden superar las dificultades y consolidar la trayectoria de la banda.

Pero volvemos nuestra atención al concierto, porque la cantante llama al escenario a un músico invitado de lujo, el rapero santamartino Edwing Vladimir, que aunque se antojaba imposible, logra elevar la temperatura del recinto con su flow en "Life" y nos empuja a levantar los brazos al cielo salmantino. Una nutritiva ración de buen rap, sazonado con la presentación y los solos de todos los intérpretes, que da paso a unos bises fuertemente solicitados por el respetable tras ver a la diva "hacer la estatua" reclamando la energía del público como nos tiene acostumbrados.

Otro fino condimento, la canela de "Cinammon", seguido de un poderoso fármaco sin receta cuyos efectos secundarios son altamente recomendables, el "Funkyzepam", deja en lo más alto un recital de primer nivel que nos ha brindado una artista de talento y unos intérpretes de gran calidad.

Un gran concierto de esta 43.ª Feria del Libro que en las sabias manos de Isabel Sánchez, organiza la Red de Bibliotecas Municipales de Salamanca, y de nuevo acierta apostando por el talento local, que nada tiene que envidiar al foráneo no solo en el terreno musical, sino en el resto de las artes. Una eterna Salamanca, ciudad de todas las culturas, sedienta de propuestas salmantinas tan valientes como Orca, No Cantes Victoria y el quinteto de Aaron Salazar, que relucen aún más en un escenario tan espectacular como nuestra bella Plaza Mayor.

Porque igual que reivindicamos nuestro patrimonio monumental y nuestras universidades, también debemos sentirnos orgullosos de nuestros compositores, letristas e intérpretes, que tanto necesitan una mayor atención de los melómanos para conseguir la repercusión que merecen. Ya va siendo hora de colocar de nuevo a un grupo salmantino en primera fila de la escena nacional, 3 décadas después de "Terapia Nacional", el último que consiguió entrar en los 40 principales.

El talento de nuestros músicos merece ofrecerle más a menudo este escenario, nuestra atención y apoyo. Porque solo dándoles oportunidades podremos descubrir y disfrutar la calidad de los grupos citados y de otras muchas iniciativas de todos los estilos que en nuestra tierra florecen en uno de los momentos más efervescentes que recordamos los que, desde los años '80, estamos atentos a la escena musical local.

Que así sea.

Por Fernando Sánchez