FOTOS | Así se vivió el Leis Pontevedra 3 - 3 Piensos Durán Albense (5-6 global)

En Pontevedra se vivió mucho más que un partido de fútbol sala. El Piensos Durán Albense selló su pase a la segunda ronda del play-off de ascenso a Segunda División con un empate a tres en la pista del Stellae Leis Pontevedra, suficiente tras el 3-2 conseguido en la ida. Pero lo que ocurrió después del pitido final quedará grabado para siempre en la memoria colectiva del club y de los cerca de 50 aficionados que viajaron hasta el Pabellón de Marcón. Lágrimas, abrazos, rostros empapados de emoción. Afición y equipo fundidos en un solo corazón verde, celebrando algo más que una victoria: celebrando una historia compartida que sigue escribiéndose.

Durante los últimos segundos del partido, con el marcador apretado y el corazón en un puño, el silencio tenso dio paso a un estallido de alegría incontenible cuando sonó la bocina. “Era uno de esos momentos que se te clavan para siempre. Había lágrimas por todos lados, jugadores, cuerpo técnico, seguidores... todos emocionados. Se me pone la piel de gallina solo de recordarlo”, confesaban algunos aficionados entre abrazos, con los ojos aún vidriosos.

Y es que no fue una clasificación cualquiera. Fue el reconocimiento al trabajo de todo un año, al compromiso de un grupo de jugadores que lo dieron todo en una pista durísima, y al aliento incansable de una afición que convirtió una ciudad ajena en una pequeña Alba de Tormes.

El partido fue un reflejo de esa lucha: en la primera parte, el Piensos Durán Albense dominó con claridad, mereciendo incluso una renta mayor al descanso. “Nos podíamos haber ido con un 3-1, que hubiese sido lo más justo”, valoraba Óscar González. Pero el Leis, campeón de liga, reaccionó tras el descanso, y exigió lo máximo a un Albense que supo sufrir, que defendió con el alma y que golpeó en el momento justo: el doble penalti de Jorge a falta de tres minutos que puso el 3-3 en el marcador global (5-6 sumando la ida), y que selló el pase con una ejecución perfecta.

A partir de ahí, todo fue resistir con cabeza... y sentir con el corazón. La defensa del portero-jugador fue impecable y, con el pitido final, se desató una escena que difícilmente se repetirá: jugadores saltando las vallas para abrazarse con su gente, niños llorando, padres con los ojos enrojecidos, y una grada entera cantando con orgullo.

El Piensos Durán Albense ya está entre los 12 mejores equipos de los 96 que conforman la Segunda B. El único equipo regional que continúa en la lucha, y sin ninguno por encima. Una gesta que se ha ganado sobre la pista, sí, pero también en cada entrenamiento, en cada kilómetro de autobús, y sobre todo, en cada aliento de una afición que vuelve a soñar.

Ahora llega la segunda ronda, de la que conocerán su rival esta tarde.

Pase lo que pase, lo que se vivió en Pontevedra ya es eterno.

Soñar está permitido.