La USAL y la FAO firmarán un acuerdo de cooperación en seguridad alimentaria, derecho a la alimentación y políticas sostenibles, según ha anunciado el rector Juan Manuel Corchado en la inauguración del encuentro internacional 'Todo comienza con la alimentación'
El histórico Paraninfo de las Escuelas Mayores acogía esta mañana la apertura de un encuentro internacional crucial destinado a forjar alianzas y estrategias concretas que garanticen la alimentación como un derecho básico para todos, especialmente en las regiones más vulnerables de Iberoamérica y el Caribe.
Con el título “Todo empieza por la alimentación”, la Universidad de Salamanca (USAL), en una alianza estratégica con el Senado de España y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), organiza este trascendental encuentro. El propósito fundamental: impulsar de manera decidida la seguridad alimentaria y, de forma intrínsecamente ligada, la equidad de género en Iberoamérica y el Caribe. Una tarea de enorme magnitud que requiere la suma de voluntades y recursos.
La Universidad de Salamanca y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) firmarán un acuerdo de cooperación académica en temas estratégicos como seguridad alimentaria, derecho humano a la alimentación, políticas públicas sostenibles y fortalecimiento de capacidades parlamentarias. Así lo ha anunciado el rector Juan Manuel Corchado durante la inauguración en la mañana de este martes del encuentro internacional.
El rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, inauguró las jornadas subrayando la trascendencia del evento en “un momento mundial delicado para hablar de alimentación”. En su opinión, la alimentación es la piedra angular del desarrollo humano y social. “Una buena alimentación es básica”, afirmó con rotundidad, destacando su impacto directo “no solo en la educación, sino en la capacidad, sobre todo de los niños pequeños, para poder adquirir los conocimientos que necesitan”.
Esta convicción, explicó, resuena profundamente en el compromiso de la USAL, que ya cuenta con “grupos de investigación” dedicados a estas problemáticas y que ahora recibe un “impulso que el Senado, la Secretaría de Estado nos da, pues nos va a seguir trabajando con muchísima más fuerza”.
El rector evocó el rico legado histórico de la institución académica, conectando el presente encuentro con la quinta celebración del centenario de la Escuela de Salamanca, “donde en aquel momento se repensaron temas de gran trascendencia para el mundo”. Este evento, señaló, se inscribe en esa noble tradición de pensamiento crítico y búsqueda de soluciones a los grandes problemas globales: “la Universidad de Salamanca tiene que estar ahí para ayudar donde se necesita”.
La elección de la USAL como sede, por tanto, no es casual; es un reconocimiento a su “sensibilización” con estas problemáticas y su capacidad para congregar a “un grupo de pensadores, politólogos, investigadores” de perfiles diversos y países diferentes, todos trabajando “de forma muy unida para impulsar estrategias en positivo”.
Corchado también extendió la mirada hacia los desafíos globales que se ciernen sobre la humanidad, mencionando la crítica situación alimentaria en continentes como África, “donde se esperan que en los próximos años haya 1.000 millones de personas más que hay que alimentar y alimentar adecuadamente”. Lo que se discuta y aprenda en Salamanca, advirtió, y las estrategias que de aquí emanen, “seguro que va a ser en la próxima década trascendental como caso de uso para el futuro”. El rector concluyó su intervención con un vibrante llamado a la acción colectiva y a la confianza en el poder de la colaboración: “la unión hace la fuerza y que, yo creo, la formación, la concienciación y, desde luego, políticas activas son la base del éxito”.
La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, aportó la perspectiva gubernamental y un análisis contundente de la situación, calificando la persistencia del hambre en el siglo XXI como una “falla moral, una falla política, que tiene solución”. Su discurso enfatizó la necesidad imperante de una acción coordinada y la importancia vital de foros como el celebrado en Salamanca para construir puentes y movilizar actores.
“Hablamos en clave de alianza”, declaró Granados, resaltando la presencia conjunta de “la academia, está aquí el gobierno, están los poderes legislativos. Son tres palancas importantes que pueden hacer posible que se movilicen recursos”.
Un esfuerzo que se traduce en cifras concretas y significativas: “En estos momentos tenemos más de 300 millones movilizados en esta temática de soberanía alimentaria”. La secretaria de Estado insistió en la implicación necesaria e insustituible de “las cámaras legislativas de toda Latinoamérica”, ya que son estas instituciones las “responsables de legislar, de hacer leyes, de poner presupuestos, porque al final los presupuestos se aprueban en los parlamentos, y también de hacer el control al gobierno”.
Un aspecto crucial y transversal del discurso de Granados fue la interconexión indisoluble de la seguridad alimentaria con la equidad de género, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
La secretaria de Estado no eludió las causas más dolorosas y a menudo evitables del hambre, como los conflictos armados y las decisiones políticas que los perpetúan. “Es inadmisible que haya personas pasando hambre por decisiones políticas”, sentenció con firmeza, recordando la crisis alimentaria exacerbada por “la invasión de Rusia en Ucrania”, que obligó al Programa Mundial de Alimentos a “movilizar más recursos” y a buscar acuerdos para que el grano pudiera llegar a África. La soberanía alimentaria, afirmó, “atraviesa cualquier elemento de la sociedad, y por eso es tan importante que ese objetivo de desarrollo sostenible sea prioritario en todas las agendas”.
En este contexto de acción y compromiso, Granados destacó la iniciativa de “España, junto con Brasil, que estamos presidiendo la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza”, un tema que, adelantó, será protagonista en la cuarta Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo, prevista para celebrarse en Sevilla. Sin embargo, reconoció con una nota de preocupación y urgencia que, a pesar de los esfuerzos desplegados a nivel global, “los objetivos no avanzan como debieran” de cara al cumplimiento de la Agenda 2030. “Estamos en el 2025, nos faltan 5 años para acabar la agenda 2030 y, desgraciadamente, los objetivos no avanzan como debieran”, lamentó.
Para revertir esta tendencia preocupante y acelerar el paso hacia un mundo sin hambre, Eva Granados abogó por un cambio de paradigma en las relaciones internacionales y en el enfoque de los problemas globales: “Necesitamos una sociedad internacional que crea en el multilateralismo, que crea en la cooperación y no en la competencia”. Un futuro donde la alimentación sea un derecho garantizado para todos, según la secretaria de Estado, requiere también “que seamos defensores de la ciencia y del combate contra el cambio climático, y que creamos en la población rural y en sus capacidades”. En última instancia, concluyó, “todo eso es necesario, y eso pasa por aunar voluntades políticas, como siempre”.
Fotos de Ángel Puma
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